Mercado Meta
El
mercado meta, también conocido como
mercado objetivo o público objetivo, es el conjunto de consumidores a los
cuales se dirige una empresa o negocio; es decir, el conjunto de consumidores a
los cuales una empresa o negocio intenta venderle sus productos o servicios.
La
importancia de definir el mercado meta es que al hacerlo podemos adaptar
nuestro producto y orientar nuestros esfuerzos de marketing al consumidor que
lo conforma, y lograr así una mayor eficacia a la que lograríamos si nos
dirigiéramos a todos los consumidores que existen para nuestro tipo de
producto.
Por ejemplo, al definir nuestro mercado
meta podemos diseñar un producto que se encargue de satisfacer las preferencias
del consumidor que lo conforma y, por tanto, un producto con mejores resultados
que uno dirigido a todos los consumidores que no toma en cuenta las preferencia
de ninguno.
O, por ejemplo, al definir nuestro mercado
meta podemos redactar un mensaje publicitario que resalte los beneficios del
producto que el consumidor que lo conforma prioriza y, por tanto, un mensaje
publicitario más efectivo que uno dirigido a todos los consumidores que no toma
en cuenta las prioridades de ninguno.
Cómo definir el mercado meta
Para
definir un mercado meta lo primero que debemos hacer es una segmentación
del mercadototal que existe para nuestro tipo de producto; es decir,
segmentar dicho mercado en diferentes submercados homogéneos conformados por
consumidores con características similares.
Para
realizar dicha segmentación podríamos utilizar variables tales como:
- género
(hombres o mujeres), edad, nivel socio económico, estrato social
- ubicación
(país, región, ciudad, etc.).
- nivel
de ingresos (rango de ingresos mensuales).
- grado
de instrucción (primaria, secundaria, universitario, etc.).
- estilo de vida (actividades, intereses, pasatiempos, etc.).
Y una vez que hemos segmentado el mercado total que
existe para nuestro tipo de producto, debemos elegir de entre los submercados
resultantes el más atractivo para incursionar teniendo en cuenta nuestros
recursos, conocimientos y experiencia (el cual pasaría a convertirse en nuestro
mercado meta).
Veamos algunos ejemplos de mercados meta:
- mujeres de 18 a 35 años de edad con un ingreso
promedio de 500 a 1500 dólares (por ejemplo, para un negocio dedicado a la
venta de prendas de vestir).
- usuarios de Internet que quieren aprender a
montar sus propios negocios (por ejemplo, para un negocio dedicado a la
venta de cursos online).
- padres de familia de la localidad que no
tienen a quién dejarle el cuidado de sus pequeños hijos (por ejemplo, para
una guardería).
- adultos mayores que no tienen familiares con suficiente tiempo como para cuidarlos y atenderlos (por ejemplo, para un albergue para adultos mayores).
Algo importante que debemos tomar en cuenta al
momento de definir el mercado meta, es asegurarnos de elegir un mercado que no
sea tan amplio, ya que difícilmente podríamos llegar a conocer o atender bien
al consumidor que lo conforma; pero tampoco tan específico, ya que no sería un
mercado con suficientes compradores y, por tanto, un mercado lo suficientemente
rentable.
El
análisis del mercado meta
Tan importante como lo es definir el mercado meta,
lo es analizarlo, ya que a través de su análisis podemos conocer
características del consumidor que lo conforma que inicialmente no conocíamos,
y que nos pueden ayudar a diseñar estrategias de marketing más efectivas.
por
ejemplo, al analizar nuestro mercado meta podríamos descubrir que el consumidor
que lo conforma suele gastar entre 30 a 50 dólares al comprar nuestro tipo de
producto, y así saber que deberíamos lanzar nuestro producto al mercado con un
precio ubicado en dicho rango.
O, por ejemplo, al analizar nuestro mercado
meta podríamos descubrir que el consumidor que lo conforma suele comprar
nuestro tipo de producto en Internet, y así saber que además de vender el
producto en un local físico deberíamos también venderlo en Internet o, en todo
caso, hacerle publicidad en este medio.
Para analizar el mercado meta en primer
lugar debemos recabar información del consumidor que lo conforma a través de
alguna de las diferentes técnicas de
recolección de información que existen, y una vez que
contemos con dicha información proceder a analizarla.
Veamos a continuación algunas de las
principales técnicas de recolección de información que podemos utilizar para
recabar información del consumidor que conforma nuestro mercado meta:
Encuesta personal
La encuesta
personal es la técnica de recolección de información que
permite obtener datos más precisos, ya que nos permite obtener información
directa del consumidor; pero también la más difícil de realizar y la más
costosa.
Algunas
preguntas que podríamos incluir en el cuestionario de una encuesta personal que
tenga como objetivo analizar al consumidor que conforma nuestro mercado meta
son:
- ¿qué es lo
primero que suele tomar en cuenta al momento de comprar el producto?
- ¿qué
modelos son sus favoritos?
- ¿cuánto es
lo que suele gastar por el producto?
- ¿cada
cuánto tiempo suele comprar el producto?
- ¿dónde
suele comprar el producto?
Encuesta de
satisfacción al cliente
La
encuesta de satisfacción al cliente es un tipo de encuesta conformada por
pequeñas encuestas que se les realiza a los que ya han sido clientes o que ya
han probado o utilizado el producto o servicio.
Esta
encuesta tiene como principal objetivo conocer el grado de satisfacción de los
clientes por el producto o servicio; pero también podemos utilizarla para
conocer y analizar el consumidor que conforma nuestro mercado objetivo.
Algunas
preguntas que podríamos hacer en una encuesta de satisfacción al cliente para
este fin son:
- ¿cuál es el
producto que más le gustó?
- ¿qué es lo
que más y lo que menos le gustó del producto?
- ¿qué le
gustaría que le agregáramos o cambiáramos al producto?
- ¿qué sugerencias o recomendaciones nos daría?
Técnica de
observación
Para
recolectar información del consumidor que conforma nuestro mercado meta,
podríamos también utilizar la técnica
de observación.
Para ello
simplemente debemos acudir a los lugares en donde se vende nuestro tipo de
producto, y observar el comportamiento de los consumidores; por ejemplo,
observar cuáles son los productos que más demandan, cuáles son las preguntas
que hacen antes de comprarlos, cuánto es lo que suelen gastar, etc.
Prueba de mercado
Finalmente,
para recabar información del consumidor que conforma nuestro mercado objetivo,
y así poder analizarlo, podríamos también hacer una prueba
de mercado.
Por
ejemplo, podríamos montar un pequeño stand de degustación en un lugar
estratégico, en donde demos a probar el producto, observemos la impresión y
reacción que tengan los consumidores al probarlo, y les pidamos sus comentarios
o sugerencias.
Conclusiones
El mercado
meta o mercado objetivo es el conjunto de consumidores a los cuales se dirige
una empresa o negocio o, en todo caso, el conjunto de consumidores a los cuales
una empresa o negocio dirige sus productos o servicios.
Es
importante definir claramente el mercado meta, ya que ello nos permite
enfocarnos en el consumidor que lo conforma, y así poder especializarnos en él
y ser más eficaces.
Para definir el mercado meta debemos
segmentar el mercado total que existe para nuestro tipo de producto, y luego
elegir de entre los submercados resultantes el más atractivo para incursionar
teniendo en cuenta nuestros recursos, conocimientos y experiencia.
Asimismo,
debemos asegurarnos de elegir un mercado meta que no sea tan amplio ya que
prácticamente sería como si no eligiéramos ninguno, pero tampoco tan específico
ya que podría no ser rentable.
Finalmente,
tan importante como definir el mercado meta es analizarlo, ya que ello nos
permite conocer características del consumidor que lo conforma que no
conocíamos, y así poder diseñar estrategias de marketing más efectivas.
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